Ahora andar no me cuesta ningún trabajo, ahora andar es un poco como estar sentada.



Entreno, hago y deshago la Avenida de la Raza (que ahora se llama la Avenida de las Razas, no te lo pierdas), domino, cubro, envuelvo el Porvenir, los Bermejales, el Fontanal, Heliópolis, una vez llegué a San Jérónimo (pero eso fue el año pasado), hasta a Cuidad Jardín del Generalísimo (sí, existe y está entre nosotros).

Creo que ya estoy preparada para hacer Lisboa-Estoril-Sintra-Ericeira-Lourinhã-Peniche-Óbidos-São Martinho do Porto-Nazaré-São Pedro de Moel-Marinha Grande-Monte Real-Figueira da Foz-Tocha-Mira-Praia da Vagueira-Costa Nova a pie este año, que es mi plan.

Hoy he salido a entrenar también, bueno, para hacer una foto a un maniquí más que nada, está diluviando y me encuentro con un paso, ¡el colmo de la mala suerte! En pleno pugilato con la multitud, abriendo paso (o no) con botazos, codazos, cabezazos y paraguazos, aguanto varios cientos de metros siendo la única que lleva mi dirección y luego llega el momento en el que viene una señal del cielo indicándome que yo tenía la razón: deja de llover y yo soy la única que ve el arco iris. ;)



Cosas bonitas...

Ahora solo me queda por delante mi travesía superconjuntada, mañana, me levanto a las 5.30 y salgo para Lisboa, 3,8 kilos + agua, sandalias nuevas, zapatos y falda turquesa...

... ya os contaré ...