TRAVESÍA SUPERCONJUNTADA DE PORTUGAL, DECIMOCUARTA PARTE (I)
Día 0 : Atouguia da Baleia
Tanto que parece un decorado de cine, o será que yo vaya donde vaya siempre me encuentro en un anuncio de Martini.
Tiene una pensión, el
Residencial São Leonardo, que me pareció genial, me podría aficionar a las
pensiones en los pueblos, oye, y además sus precios hipereconómicos vienen bien
en estos tiempos de crisis. Comparas el frío recibimiento de algunos hoteles
con el señor que te abre la puerta todo contento y dice “¿¿¡Menina Paula??!” y
no sé, me gusta, muy simpática la pareja que lo llevaba, además las pensiones
(supongo que no todas) no son los terroríficos cuchitriles que eran hace 25
años, está todo perfecto, igual que un hotel.
Atouguia da Baleia La Nuit… pues era una noche un
poco particular, ya que jugaba Portugal contra Chequia justamente esa noche y
sabía que iba a haber un ambiente un poco especial en los bares. Había pensado
en cenar en el único restaurante-restaurante del pueblo, que tenía buena pinta
y todo, pero también tenía unas 5000 decibelios futbolístico-gamberriles que
salían por la puerta así que me tuve que contentar con el segundo mejor
restaurante del pueblo, que digamos, y allí rodeada de cerveza caliente y de
moscas vi el partido (inevitable) en compañía de estos tres señores, y cuando
se marcó el gol y empezaron a celebrarlo uno de ellos se dio la vuelta y me
preguntó (por si acaso) “¿no serás checa, verdad?”, como pidiendo perdón… jajajaja…
pero ya vio que yo también celebraba el gol y terminamos siendo muy amigos
todos, el camarero (dueño, cocinero, todo), los tres señores y yo, estaban muy
interesados en saber qué demonios hacía en Atouguia da Baleia y bueno, tienes
algo que contar….Al volver a la pensión vi que – ¡oh maravilla! – la iglesia que antes estaba cerrada a cal y canto ahora estaba abierta porque había una misa después del fútbol (el surrealismo no para)… ¡La costilla de ballena! ¡Por fin tengo la oportunidad de verla! Pero si estaba el cura diciendo misa y a ver cómo iba a entrar yo, “hola, perdone, por favor, ¿puedo ver la ballena?” y nada, la vergüenza pudo conmigo y me quedé sin ver la kilométrica costilla. Si es que está, claro. Por mucho que estiraba el cuello y usaba la imaginación desde la puerta no la veía, no sé dónde la tendrán… pues habrá que volver a todos estos sitios algún día con más tiempo y hacer las cosas bien…
Y nada, la mañana siguiente, feliz de la vida, salgo
con cielos azules y mucha ilusión en dirección a Óbidos….
La foto del coche me gusta mucho. Y que pena que no hayas podido ver la costilla y que tengas que pasar por sitios interesantes sin poderte entretener.
ResponderEliminarSí, mucha velocidad andando y poco posteando, gracias por siempre estar ahí para leerme, Montse :):)
EliminarPFFF. blogspot ultimamente va fatal :(. Te sigo leyendo guapisima. Un beso.
ResponderEliminarNo sé quién eres pero me alegro de verte
Eliminar:) :) :) :)
Sigo esperando a ver si tenemos envidia de algún afortunado portugués.
ResponderEliminarHace ya muchos "post" quedó demostrado que los franceses no tienen gusto, en tu visita a Pau, ya veremos los portugueses.
Salud,suerte y...una sonrisa.
Jajajajajaaaa, ¿¿te acuerdas de eso??
EliminarJajajajajajajajaaaa jajajajajajaaa jajajajajaaaa.....