TRAVESÍA
SUPERCONJUNTADA DE PORTUGAL, DECIMOQUINTA PARTE (IV)
Día 3 : Monte Real - Louriçallo segundo que me encuentro es que el puente que quiero cruzar está cerrado al tráfico, rodado y humano.
Pero un problema, ¡una solución! Cruzo por el puente de al lado, jajaja… si la vida siempre fuera así de sencilla… La verdad es que daba ganas de saltar las barreras y cruzarlo de todas formas, pero la idea de que se derrumbara bajo mis pies y que me encontrara en esa agua (o lo que sea) me parecía que pondría fin a Superconjuntada para siempre, así que
nada, a cruzar el río por el puente grande con todos los coches, manoseando siempre el pescado, o el pez, con cuidado, claro (pero ¿dónde está el pez? y ¿cómo puede sobrevivir en esa fetidez?)
Sigo caminando por el paraíso de los bosques y las fábricas de madera, que por cierto huelen muy bien,
cruzo el pueblo de Monte Redondo,
sigo por unos caminos bien bonitos por los bosques,
con muchas casas también, aunque se ve algo de pobreza,
y más maravillosos árboles, miles de ellos, hasta que sales del encantado mundo de los bosques y subes a la carretera principal, donde te metes en otro mundo, el de "Jacinto’s", que es el único sitio para comer que hay en varios kilómetros a la redonda y es una especie de venta de carretera para las masas motorizadas, que con sus sofás de plástico rojo brillante está claramente inspirado en esos horribles McDonalds de autopista para camioneros que salen en las películas americanas (pinchad aquí http://www.jacintos.eu/ si queréis ver el estilo, impacta bastante al salir del bosque...). Pero en su enorme comedor ponen un menú del día, y cuál no fue mi sorpresa cuando
comí (o devoré, más bien), por 6 euros todo incluido, una de las mejores comidas que me han puesto en todo Portugal. Una carne que se deshacía sola de lo tierna que estaba, una lechuga que se oía crujir con solo acercarle el tenedor, unos tomates que eran un vergel de sabores… yo solo he comido así en Albania, donde es todo del huerto y es donde mejor se come en el mundo, con diferencia (en el mundo conocido por mí al menos). Una sorpresa muy agradable para acabar la mañana.
Y ya solo me faltaba hacer el último kilómetro para llegar a la estación de Louriçal, mi destino del día, y coger un tren para volver al Hotel Palace, claro. Louriçal, rural y silencioso, Louriçal,
donde el tiempo se averió.
El puente me recuerda a uno que está en obras en Córdoba, el río a su paso también tiene un color un tanto turbio, no como este pero sí bastante marrón.
ResponderEliminarYo he comido bien, supongo que a todos nos pasó alguna vez, en sitios que parecían echarte para atrás,Sin embargo hay lugares más caros y que van de "finolis" en los que se come mal y además puede que te quedes con hambre.
Ojalá se pudiese parar el tiempo en los buenos momentos.
Salud,suerte y...una sonrisa.
Pues sí, sería bueno, aunque creo que no sería precisamente en la estación de Louriçal (al menos que fuera a perder un tren, jeje), quizás en alguno de los hoteles :)
EliminarMe encanta www.jacintos.eu
ResponderEliminarCreo haberme visto en una de las fotos, pero creo que es imposible porque creo que nunca he estado.
Gracias por todos estos descubrimientos. :)))
Creo que si hubieras estado lo recordarías....
ResponderEliminar...toda la vida....
..como yo..
Un beso Ed!